viernes, 6 de julio de 2012

Emociones.

Los nervios están aflorados, pero ya todo tiene posibilidades; actuar, sin necesidad de esconderte entre penumbras,  se siente tan bien.
La autenticidad de mis acciones me es tan reconfortante hoy por hoy, la no necesidad de mentir, o decir verdades a medias, se convierte en el alivio de mis apesadumbrados deseos. Y me fascina la sensación de libertad que me produce ser la única dueña de mis disposiciones, poder hacer, decir y pensar sin miedo a la opinión de otros. 
Por fin pude ver que actuar conforme a la satisfacción de otros no es tolerable; aunque sepas esto de antemano, acción totalmente distinta es la de asimilar que te encuentras actuando para los demás y no por tus auténticos ideales.
Y cuando te deshaces de esas cadenas, esas que te atan a una espiral de acciones y pensamientos que no te pertenecen en absoluto, sientes que te despojas de un peso enorme.
Así que sigo con los nervios, ahora provenientes de la emoción más no de la angustia y del miedo, excepcionalmente emocionada e impaciente.
Comienza la cuenta atrás, con la guía de mis deseos, con la frente bien en alto y hoy más que nunca.
Comenzó el devorar mis uñas y ver el tiempo correr más lento de lo normal, pero hoy sin tener que ocultarme ante nada ni nadie.