sábado, 16 de junio de 2012

Esperas.

He perdido la cuenta de los vistazos indiscretos, los minutos en que he decidido hacer caso omiso a su existencia. He pretendido dejarlo "olvidado" en mi habitación.
Las fuerzas de voluntad me fallan y vuelvo a buscarlo, vuelvo a verlo una cantidad innumerable de veces, reviso si está en condiciones de emitir sonido o aviso alguno.
Lo veo, lo lanzo a su suerte sobre la primera superficie disponible, me desespero y lo dejo fuera de mi alcance una y otra, y otra vez; y siempre consigue volver a mis manos, ser el centro de atención de mis ojos.
Y, tal como lo vi al despertar, tal como lo he visto durante todo este largo día, y como se mantendrá por lo que resta de la noche, no me avisará ninguna novedad. Ninguna noticia y, entonces, cerraré mis ojos y aguardaré hasta un nuevo amanecer, siempre con la esperanza de no sentir nostalgia, y de encontrar en él al menos un mensaje que desboque una sonrisa nueva en un rostro ansioso.

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