Inspiración

La inspiración aflora, se filtra en tus venas, cuando tienes esos torrentes de ideas rondando tu mente no puedes sino encauzarlas, dejarlas salir, necesitas expresarte.

Es una necesidad de dimensiones ingentes, existen autores con obras prolíficas y brillantes, aunque con ello no estoy diciendo que lo haga por imitación o afán de romper alguna marca ya anteriormente trazada, no es eso. Admito de que se trata de una necesidad, porque los deseos de escribir son mayores con el transcurso de los días,el desahogo, la tranquilidad y la satisfacción que me producen mis lineas una vez terminadas, cuando ya están plasmadas sobre una superficie de papel o publicadas en mi blog, es inimaginable para muchos.

No es sencillo comprender el sentir y la motivación del que escribe, podemos estar en un momento de lo más felices y risueños y no decir nada, o quizá decir mucho; en mi caso, creo que los momentos más difíciles y de mayor presión llevan mis ideas al limite. Pero no hace falta tener un gran acontecimiento para poder discernir y plasmar ideas claras y concisas, basta ser sincero, tener un sentimiento que por sí solo te motive a decir algo real y auténtico, con un trasfondo, lleno de nostalgia o alegrías, de satisfacciones o penas, lo más importante es transmitir algo.

No valen de nada palabras sueltas e inconexas a nuestro fuero interno, ya podemos ver como muchos libros de teoría nos parecen aburridos y no somos capaces de entenderlos por completo; la razón es simple, sencilla, cuando no nos identificamos con lo que leemos, o simplemente no nos es de interés e inquietud, el texto nos parece aburrido e indiferente.

Esta es por la razón que creo que la carga emocional es el mejor puente para conectar con las personas, para coincidir con el sentir de quienes precian tus palabras. No es fácil encauzar y conectar muchas ideas sueltas y dispersas en tu mente, pero está en nosotros aprender a dejarnos entender, a transmitir comprensión e igualdad.

Las lineas son mi mayor desahogo y satisfacción, salen solas de mi mente y me dictan: "¡escribe!"