lunes, 30 de enero de 2012

Déjame...

Déjame darte nuevas ilusiones, nuevas alegrías que llenen tu corazón y  devuelvan el color a tu vida. Mi mayor recompensa al final de día, ver tu sonrisa sincera, sentir el calor que transmite tu felicidad.
Ser capaz de darte plenitud del alma es ser capaz de demostrarte cuanto siento por ti.
Ahondar en lo mas profundo de tu sentir y darte lo que esperas y necesitas es algo que solo puede hacer quien está dispuesto a entregarse a ti de forma absoluta y abnegada.
La ausencia y la distancia provocan recelo, más no podemos cubrir una realidad tan inmensamente grande: los deseos del corazón no pueden camuflarse, no hay posibilidad de ocultar un sentimiento cuando este es verdadero, cuando se transmite incluso sin palabras.
Los gestos y las acciones dicen más que miles de palabras juntas, más hoy puedo presumir de que mi corazón se siente pleno, feliz de pertenecer a ti; y aunque acepte que las palabras muchas veces se quedan cortas, mis lineas no hacen sino profesar lo que por ti siento.
Desde que acepte mis sentimientos y me sincere conmigo misma, mi corazón y mi razocinio  pudieron al fin ponerse de acuerdo, dejaron de lado la disyuntiva emergente entre lo que es correcto y lo que deseo de verdad. Cambiaste mi mundo y mi ser, mi vida al completo se transformo gracias a ti.
Permíteme ser ahora quien cambie tu vida y tus deseos, ser la única capaz de darte nuevas esperanzas que despierten la alegría de tu ser de forma espontánea, que cada día esa sonrisa se vuelva aun mas frecuente en tu rostro hasta el punto de la permanencia.
Déjame ser yo quien cambie ahora tu vida.

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